El mágico momento...

Hace poco... hace nada, llegó el día en que cerraba cuatro años de formación en el Método Feldenkrais.

 

Por arte de magia, de una forma casi pentecostal, ayer me consideraba un estudiante, hoy me siento un profesor. Así, sin más... casi resulta sospechosa tanta transformación de un día para otro; y he de decir que también sin menos, después de apostar por algo que a parte intenso y transformador, resulta costoso en muchos sentidos.

 

La verdad, no parecía que muchas cosas hubieran cambiado. Tengo que confesar que ya venía trabajando, aplicando, proponiendo algo que, más que un método, me parece una forma de mirar, de tocar, de comunicar, de relacionarme...

 

Total, que allá iba yo, quizá con un cierto toque de arrogancia, con mi papelito firmado por el Instituto Feldenkrais que acredita que he cumplido todos los requisitos necesarios para hacerme llamar profesor de Feldenkrais; también con una mochila cientos de ATM, varias IF en mi cabeza, ideas, pensamientos y libros... LIBROS!!!! Ese fue el momento en que recordé que hacía más o menos un año que presté mi libro de Autoconciencia por el Movimiento. Me entraron enormes ganas de volver a leerlo, a la luz de mi supuesta inmensa nueva sabiduría.

 

El libro se lo había prestado a un amigo, Pablo García Horcajo, por aquel entonces estudiante de fisioterapia, creo que en su segundo año y que hoy debe de estar a punto de terminar. Un día vino a probar una ATM y parece que le gustó, así que decidí prestarle esta joya para que pudiera ver algo más. Realmente estaba dispuesto a regalárselo, a condición de que realmente lo quisiera. En un alarde de honestidad y generosidad, me dijo que me lo devolvía y así fue que quedamos para dármelo.

 

Si vas a la parte de la introducción, podrás ver que tengo el libro anotado, subrayado, corregido, lleno de preguntas y exclamaciones. Pero la sorpresa que no me esperaba es que Pablo, sin preguntarme, había hecho sus propios subrayados y anotaciones, sus propias preguntas y correcciones. Y lo mejor, me di cuenta de que había caído en detalles en los que yo no había reparado, a pesar de las muchas vueltas que he dado a ese libro.

Y aquí viene el porqué del título de este comentario:

Hace un par de días me llegó a través de Linkedin un foro en el que alguien preguntaba por "el mágico momento en el que sabes que eres profesor de Feldenkrais" ("that magic moment: you know you are a practitioner when...")

Para mi, el primero ha sido este: el momento en el que descubro, gracias a Pablo...

 

"Soy un estudiante que tan solo lleva un tiempo más que otros y que continúa aprendiendo y descubriendo, sorprendiéndome con las enseñanzas que la Vida pone en mi camino..."

 

 

 

De verdad, muchas gracias por esta lección, amigo.

feldenkrais libro
Mi libro, anotado por mi y por Pablo... ¿te lo presto y añades de tu cosecha?

Escribir comentario

Comentarios: 4
  • #1

    Irene Palomino (viernes, 28 noviembre 2014 18:08)

    Sólo decirte que un maestro de verdad tiene el espíritu del estudiante que no deja de aprender, porque su curiosidad le empuja a una nueva búsqueda y porque cada persona es un mundo complejo y único que requiere todo el aprendizaje disponible. Un maestro nunca deja de aprender... Felicidades, una se siente orgullosa de tener compañeros de profesión que dan pasos hacia delante tan interesantes. Un abrazo J'aime!! Me debes una caña para celebrarlo jajajaja....

  • #2

    vivirenmovimiento (lunes, 01 diciembre 2014 00:53)

    Irene...
    Te debo una caña, para celebrar la vida y más aún.
    Dices bien: nos encontramos cada día con el misterio de las personas, preguntamos, nos preguntamos y nos dejamos preguntar. Y ahí, donde dos misterios se tocan, ocurren los milagros
    Gracias por escribirme, compañera y poetisa... un honor que me leas.

  • #3

    Maria (domingo, 04 enero 2015 15:36)

    Me lo prestas?

  • #4

    vivirenmovimiento (jueves, 08 enero 2015 18:14)

    Claro María, de eso se trata.
    Lo mismo este librito acaba viendo mundo, jejeje.