Pasan los años y sigo estudiando con pasión las lecciones que recibí a lo largo de los cuatro años que duró mi formación como profesor del Método Feldenkrais. El trabajo es intenso, porque a la vez voy estudiando todo lo que me llega de las muchas post-formaciones a las que me he sumado, pero me hace ilusión volver una y otra vez a aquellos primeros años, cuando los misterios del Método Feldenkrais eran nuevos para mi (ahora siguen muchas veces resultando misteriosos, pero ahora son misterios conocidos, que mantienen mi curiosidad encendida)
Hace un par de días, retomé algunas de las clases a las que tuve el privilegio de asistir, enseñadas por Myriam Pfeffer; entre ellas, un par de lecciones sobre el uso de la mandíbula y su relación con el sostén de la cabeza, el uso de la columna vertebral y la libertad de acción de la pelvis.
Con el Método Feldenkrais encontrarás conexiones nuevas para tus movimientos de siempre
No deja de sorprenderme la inteligencia con la que Moshe Feldenkrais elaboró sus lecciones de ATM: las sutiles conexiones, su capacidad de llevar la atención a lugares aparentemente inconexos y la manera que tiene de ir involucrando cada vez más partes del ser en la totalidad de una acción. De ahí el universo que se abre cuando nos invita a estudiar las sensaciones que acompañan al movimiento de algo tan pequeño como la articulación entre la mandíbula y el cráneo.
Pero igualmente me fascinó la manera en la que Myriam enseñó aquella lección, una mañana de noviembre de 2011. No estaba yo en mi mejor momento, todavía convaleciente debido al daño sufrido en un accidente, unos meses antes. Por eso he disfrutado volviendo en varias ocasiones a ese módulo de la formación, corto pero intenso, y retomar mucha de la información que no pude absorber.
La articulación temporo-mandibular es pequeña de tamaño, pero rica en movimientos, sensaciones y relaciones

Myriam comienza con una pregunta, directa e inteligente, acerca de los movimientos que más repetimos a lo largo de nuestra vida… sea por el tiempo o por la timidez de los que allí estábamos, no tiene problema en dejar la pregunta sin respuesta y comenzar con su trabajo. Una y otra vez, a lo largo de la ATM, vuelve a preguntar acerca de esos movimientos a los que estamos tan habituados, para dejar la pregunta siempre sin contestar, como queriendo que una idea ronde nuestras cabezas. Quién sabe si fue una estrategia para unir pensamiento y movimiento y permitir que la inteligencia se active junto con las sensaciones que vienen del cuerpo en acción… y así sumar los ingredientes de los que habla Moshé en su libro “Autoconciencia por el Movimiento”
Preguntas trajeron más preguntas. La lección se vio sabiamente interrumpida por aclaraciones, comentarios, experiencias y una Myriam a la que se siente disfrutar, no por la obtención de respuestas, sino por haber captado nuestra curiosidad y haber abierto una vez más esa vía que algunos, en el mundo de Feldenkrais, llamamos “embodied cognition” y “embodied wisdom” (“cognición encarnada” y “sabiduría encarnada”; esta última expresión es el título en inglés de uno de los libros más interesantes que existen acerca del Método Feldenkrais)
No seré yo ahora, a través de la palabra escrita, quien desvele la respuesta. Si lo hiciera así, tan sólo escribiendo, creo que no sería fiel al tesoro que nos mostró esta mujer. Eso sí, te invito a venir y practicar, a tumbarte en el suelo y seguir una serie de lecciones, o un taller y encontrar tus propias respuestas… o quizá mejor, a abrir tus propias preguntas a través de la experiencia.
Te espero…
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Sandro (miércoles, 13 diciembre 2017 09:36)
Puto tarado
vivirenmovimiento (jueves, 14 diciembre 2017 01:10)
Estimado Sandro... En caso de que así te llames realmente, que ya sabes que esto del anonimato de internet da para mucho.
Aunque entiendo que tus altas miras intelectuales no te volverán a traer por esta página, voy a responderte, como verás que hago con todos los comentarios.
La verdad que no hay mucho que decir ante la rotundidad de tu argumentario y la facilidad de tu verbo.
Lamento que no te haya gustado mi última entrada, aunque me encantaría saber el motivo... Más que nada por si puedo hacerlo mejor la próxima vez.
De cualquier forma, Feldenkrais es algo que se comprende mejor practicando que leyendo... Si alguna vez crees que necesitas mejorar en alguno de tus movimientos, o te duele la espalda y ya no sabes que probar, te animo a probar una sesión.
Te diría que te invito a esa sesión, pero normalmente esa deferencia la tengo sólo con mis amigos y, por ahora, no hemos empezado con buen pie (y mira que yo pondría mi mejor intención en que lo fuéramos)
En fin, hasta más ver...
Un saludo