
Es impresionante la capacidad del sistema nervioso para generar imágenes y considerarlas como parte de la realidad. Numerosos experimentos en el campo de la neurociencia han demostrado que "se puede engañar al cerebro" con sencillos trucos y con el objetivo de mejorar las el funcionamiento. Uno de los libros que más claramente muestra lo que digo es "El cerebro se cambia a sí mismo" de Norman Doidge. Una lectura sorprendente, fascinante y que nos hace pensar en lo lejos que estamos de comprender nuestro potencial.
"Es más sencillo imaginar movimientos o sensaciones
que nos resulten conocidas, incluso en las que
tenemos un cierto grado de maestría"
Así encontramos el máximo beneficio a la imaginería motora o sensitiva"
Una de las estrategias habituales es bastante conocida en general, aunque muchas veces no se aplica adecuadamente para extraer todo su rendimiento. Se trata del uso de la imaginación (visualizarse a uno mismo realizando un movimiento o imaginar una sensación) Parte del efecto tiene que ver con lo conocida que nos resulte la imagen o la sensación que se pretende recrear.
En AY#167 "Moldear un cuero detrás del cuerpo" ("Molding a skin behind the body") Moshe Feldenkrais recrea la imagen de una manta o un trozo de cuero suave y fino que se adapta a la forma del cuerpo cuando una persona se tumba boca abajo.
El cotidiano hecho del contacto con la ropa o con las sábanas, hace que esta clase gane fuerza. El sistema nervioso, aunque no tiene en la piel de la espalda su percepción más fina , sí tiene el hábito de sentir ese contacto a diario, aunque no te des cuenta porque el propio sistema se encarga de cribar esa información por constante e irrelevante (función de la que se encarga la Formación Reticular, una parte muy importante del sistema nervioso)
Entre las funciones de la piel, encontramos la de darnos forma y servir como contenedor, nos da continuidad y unidad. A mí mismo me resulta un fascinante cómo esta ATM tiene esa capacidad transformadora y me despierta la curiosidad de descubrir los mecanismos que conectan la piel con el movimiento y la postura.
Uno de mis alumnos, unos días después de la lección, me escribió un correo contándome sus sensaciones. Algo de lo que me cuenta es esto:
"Me he despertado con la conciencia pegada al cuerpo, no con retazos como pasó alguna vez; cada movimiento marca el contorno, y el límite del otro lado a la vez (esto es lo nuevo para mí)"
Este alumno describe la sensación de "primera vez"...
Pasamos toda la vida dentro de nuestra piel y el Método Feldenkrais tiene la capacidad de sorprendernos con una imagen completamente nueva. Volver a traer la piel al primer plano de la atención, descubrir sus sutilidades, sus secretos y su capacidad de definirnos... efectivamente, es la sensación de "la primera vez"
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